Hoy vamos a darte los mejores consejos para cuidar de tus encimeras de cocina, manteniéndolas en buen estado durante el máximo tiempo posible y teniendo en cuenta el tipo de material con el que hayan sido construidas.
¿Cómo limpiar la encimera según el material?
Encimeras de madera; Es una opción rústica muy bonita, pero el mantenimiento es complejo, para conseguir que se mantenga estable y no pierda su funcionalidad y su aspecto original. Son superficies porosas, susceptibles a golpes o rayadas y no son muy resistentes al calor. En estos casos se recomienda una limpieza con paño húmedo y producto específico para esta superficie y, cada cierto tiempo, lijar y barnizar.
Encimeras de granito; Estas encimeras de cocina son muy utilizadas, porque son fáciles de limpiar y muy resistentes al calor, de modo que resulta muy interesante en cualquier tipo de cocina. Para mantenerlas brillantes y en buen estado, debe evitarse el uso de químicos ácidos y utilizar mejor un paño húmedo con jabón neutro.
Encimeras de mármol; es uno de los materiales más elegantes y resistentes, aunque también debe prestarse mucha atención a su mantenimiento, para evitar manchas de aceite o de líquidos, de hecho, para que la superficie no lo absorba es mejor retirarlos al momento y evitar cualquier elemento que pudiese rayar la superficie.
Encimeras de cuarzo o laminadas; Son encimeras de cocina muy fáciles de limpiar, aunque no son demasiado resistentes al calor y no es recomendable utilizar cuchillos directamente sobre la superficie, es decir, mejor utilizar una tabla para cortar los alimentos. Para su limpieza puedes utilizar detergentes neutros, evitando productos de limpieza ácidos, así como los cepillos y las esponjas de metal.
Encimeras de acero inoxidable; Son una opción resistente a la humedad, el calor y los golpes y puede limpiarse con jabón y una esponja, obteniendo un acabado pulido. Aunque podría rayarse con facilidad, por lo que hay que tener cuidado con los utensilios de cocina que se utilizan sobre esta superficie.
Encimeras de Silestone; Como no es un material poroso, puedes utilizar agua y jabón neutro, evitando siempre productos corrosivos como la lejía o algunos desinfectantes, para poder limpiar de una forma sencilla y efectiva, para devolver el aspecto original a la superficie.
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